UN RECORRIDO TURISTICO POR LA LAGUNA GRI GRI
12:56 p. m.
UN VIAJE IMPRESIONANTE POR AGUAS DOMINICANAS
Por Tony Rodríguez
RIO SAN JUAN. República Dominicana.- El vaivén de las aguas de un mar caribeño, el destino de una cueva en la que habitan golondrinas, y la vista puesta hacia un horizonte inmenso.
Al natural, una aventura partiendo de la Laguna Gri Gri, en el municipio Río San Juan, ubicado al nordeste de la República Dominicana.
En completa paz, sin la formalidad de un paquete hotelero, tan solo llegar y comprar un boleto, nos dá el derecho de abordar un bote entre turistas criollos y extranjeros, revestirnos de un salvavidas, y atravesar follaje sombreado de los manglares.
Un buen lugareño, formado a puras vivencias, da las explicaciones del viaje en que se sale al mar de tormentosas aguas, luego un remanso en la “piscina natural”, una playita privada, unas esculturas de rostros indígenas, la cara enorme de un cacique indígena tallada en las rocas, los chalets de acomodados amantes de la brisa oceánica, y al final, la entrada a la impresionante “cueva de las golondrinas”. Un mar multicolor, unas aguas confusas, unas rocas mojadas, unas golondrinas atolondradas, en fin, un recorrido impresionante por aguas dominicanas.
Por Tony Rodríguez
RIO SAN JUAN. República Dominicana.- El vaivén de las aguas de un mar caribeño, el destino de una cueva en la que habitan golondrinas, y la vista puesta hacia un horizonte inmenso.
Al natural, una aventura partiendo de la Laguna Gri Gri, en el municipio Río San Juan, ubicado al nordeste de la República Dominicana.
En completa paz, sin la formalidad de un paquete hotelero, tan solo llegar y comprar un boleto, nos dá el derecho de abordar un bote entre turistas criollos y extranjeros, revestirnos de un salvavidas, y atravesar follaje sombreado de los manglares.
Un buen lugareño, formado a puras vivencias, da las explicaciones del viaje en que se sale al mar de tormentosas aguas, luego un remanso en la “piscina natural”, una playita privada, unas esculturas de rostros indígenas, la cara enorme de un cacique indígena tallada en las rocas, los chalets de acomodados amantes de la brisa oceánica, y al final, la entrada a la impresionante “cueva de las golondrinas”. Un mar multicolor, unas aguas confusas, unas rocas mojadas, unas golondrinas atolondradas, en fin, un recorrido impresionante por aguas dominicanas.
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