SINCERIZACIÓN TURÍSTICA

Ya no existe una cosa que se llame "industria turística dominicana". Para comprobarlo basta con examinar la propiedad de la planta hotelera: sorprenderá que un 90% de las habitaciones de clase mundial pertenece a cadenas e individuos extranjeros. De ahí que sea importante determinar si tal internacionalización conviene o no al país.

Por supuesto, la "industria turística" no es solo los hoteles. La industria también incluye a transportistas, touroperadores, agentes de viajes, guías, funcionarios, vendedores ambulantes, tiendas de regalos y un sinnúmero de otros suplidores. Los establecimientos manejan el grueso de la industria, pero hay también muchos operadores independientes que trabajan por cuenta propia.

Indiscutiblemente, los hoteles son los pilares fundamentales de la industria. Alrededor gira un mar de suplidores de bienes y servicios que no podrían tener acceso a los turistas sin su intermediación. No sorprende entonces que el Banco Central se aproxima a una medición de la actividad de la industria turística bajo el renglón de "Hoteles, Bares y Restaurantes". El porcentaje del PBI atribuible al renglón posiblemente deba ser aumentado en un 40% para tener una idea de la contribución total de la industria.

Los registros existentes de los hoteles de la industria son solo aproximados. El primer inventario exhaustivo de la planta hotelera se llevo a cabo en 1987 con el patrocinio de la extinta Asociación de Bancos Hipotecarios. Ya en el 2002 el Banco Central y la SECTUR elaboraron el "Directorio de Alojamientos Turísticos". La SECTUR actualizó los datos en el 2006, incluyendo a todos los establecimientos del país (mas de 700). Pero ese registro no segrega aquellos que no califican como una oferta aceptable a nivel internacional (moteles, pensiones y hoteluchos familiares que sirven a una clientela nacional).

Algunos analistas incurren, por tanto, en un error cuando estiman en casi 70,000 la oferta habitacional. Mas realista resulta el listado de las cadenas hoteleras que preparo el Mintur en el 2008 porque este incluye solo los de estándar internacional. Este arrojó un inventario de 44,236 habitaciones, de las cuales 7,635 (o un 17.3%) eran de propiedad dominicana. Asonahores, por su lado, sólo ha contabilizado los hoteles que son sus miembros (131, de acuerdo al listado disponible, casi todos de estándar internacional).

Pero el listado más creíble es el que se encuentra en el portal noticioso caribepreferente.com. En su sección de "Ranking Hotelero" se listan 102 hoteles y 45,092 habitaciones de propiedad extranjera y 18 hoteles con 5,129 habitaciones de propiedad dominicana, todos de estándar internacional. Eso se traduce en un total de 120 hoteles y 50,221 habitaciones, posiblemente una cuarta parte de toda la oferta del Caribe insular.

Al ser los hoteles el pilar fundamental de la industria, eso quiere decir que "la industria turística dominicana" no es tal. Las cadenas dominicanas Amhsa Marina, Coral, Súper Clubs, Victoria, Naco y Hodelpa constituyen apenas un 10% del inventario total de habitaciones internacionales. El corolario es que los dominicanos que lideran esas cadenas no son "los líderes" de la industria y que los verdaderos líderes son los dominicanos que actúan a nombre de las cadenas extranjeras.

No esta mal que estos últimos defiendan los intereses de sus patronos. Ellos representan un capital de por lo menos US$4,000 millones de inversión total (en hoteles) y su presencia comercial es bienvenida y legal. Pero hay que tener claro que esos intereses extranjeros no siempre coincidirán con el interés nacional y que, en consecuencia, los líderes del sector público son los que tienen la responsabilidad de servir a este último.

Mas trascendente aun para el país son las repercusiones de este grado de participación extranjera. Por un lado, le otorga mayor seguridad y estabilidad a la industria porque las multinacionales hoteleras tienen una maquinaria de venta que garantiza el flujo de visitantes y su rentabilidad. (Al ser propietarias de los hoteles tienen la obligación de hacerlos rentables.) Por otro, aseguran una transferencia tecnológica de punta y elevan los estándares operacionales de toda la industria mediante el "efecto demostración".

Si la situación fuera otra y los dominicanos fuéramos los dueños del grueso de los hoteles, los resultados operacionales pudieran ser menos favorables. No esta claro que tuviéramos la presencia necesaria en los grandes mercados emisores como para garantizar el flujo. Tampoco esta claro que tuviésemos la capacidad de innovación necesaria para competir internacionalmente, aunque imitar a los árabes en la contratación de personal extranjero podría compensar.

Ahora bien, la industria seguirá siendo nuestra en la medida en que los recursos naturales y humanos sigan siendo nacionales. Esos insumos ejercen un poderoso atractivo complementario -al de los hoteles-- para halar hacia acá a los turistas extranjeros. Es en el mejoramiento de los insumos nacionales donde esta el gran reto para el país. Lo de la innovación empresarial es por ahora un coto de, principalmente, los inversionistas extranjeros.
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